COAST WATCHER - PROTECCIÓN COSTERA EN MEDIO DEL DESORDEN
Se sabe que las regiones costeras son difíciles de proteger. También es harto conocido que son un entorno propicio para actividades tanto lícitas como ilícitas, y un punto de entrada fácil para las fuerzas armadas que buscan ingresar en un territorio extranjero. A medida que avanzamos en lo que se ha dado en llamar el siglo marítimo, tomamos conciencia de que los países con costa no pueden permitirse mantener su litoral sin vigilancia. Lo que está en juego —la economía y la seguridad— es demasiado importante.
Los radares Coast Watcher 100 de largo alcance de Thales han sido diseñados precisamente para responder a este imperativo, pudiendo detectar blancos pequeños en cualesquiera condiciones meteorológicas y las 24 horas del día para un monitoreo completo del litoral con total seguridad.
La vigilancia costera frente al desorden
Una topografía compleja, condiciones meteorológicas cambiantes o determinadas actividades son factores que fácilmente pueden complicar una situación y perturbar la vigilancia costera a tal punto que cueste identificar las amenazas potenciales. Esto puede constituir un reto considerable para los países costeros. Las actividades ilícitas realizadas en las zonas económicas exclusivas (ZEE) —la pesca ilegal no declarada y no reglamentada (IUU por su sigla en inglés) o el contrabando— representan una amenaza para le seguridad económica y social de los Estados. Por otro lado, las intrusiones no detectadas constituyen un riesgo para la seguridad nacional.
A fin de apoyar a los países costeros en la protección de su litoral, Thales desarrolló el radar de vigilancia de gran alcance Coast Watcher 100, cuya antena de polarización conmutable es capaz de detectar blancos sean cuales sean las condiciones meteorológicas, aun bajo la lluvia. Los operadores pueden elegir entre la polarización lineal y la polarización circular para aprovechar todas las posibilidades de la banda X y evitar sus inconvenientes.
A la vista de todos
Observar el litoral en situaciones complejas es tan solo uno de los numerosos retos de la protección costera. Por su naturaleza, tamaño y velocidad, las amenazas son tan diversas que puede resultar difícil localizarlas e identificarlas cuando las condiciones meteorológicas son adversas, en particular si se trata de blancos de pequeño tamaño o si se encuentran lejos de la línea de costa.
El radar Coast Watcher 100 se diseñó para una detección de largo alcance de blancos muy pequeños que se desplazan por la superficie del mar, como las lanchas semisemirrígidas (también llamadas RHIB) o los jet skis, hasta una distancia de 100 NM con una resolución de 4 metros. La corta longitud de onda en la que opera Coast Watcher 100 posibilita la detección y el seguimiento simultáneo de hasta 1000 blancos de esas características. Además, el radar puede detectar y seguir en paralelo hasta 100 blancos aéreos que se mueven a baja altura, como aviones turbopropulsados, pequeños jets o helicópteros que vuelan a ras del mar, los cuales a menudo escapan a la vigilancia aérea por radar.
Más que un radar, un sistema integral
Cuando las líneas de costa son más bien rectas, es relativamente fácil para un radar costero barrer el horizonte sin obstáculos. En cambio, muchos países poseen un litoral recortado por colinas, montañas, fiordos… Con una topografía tan compleja, barrer el horizonte en busca de posibles amenazas puede ser una tarea ardua o requerir el uso de numerosos sistemas.
Thales desarrolló el Coast Watcher 100 de forma tal que se pueda instalar fácilmente a una altura de hasta 1000 metros. En estrecha colaboración con cada cliente, Thales determina el sitio más adecuado para su instalación, según las áreas de interés y la altura, para cubrir la zona más amplia posible con menos radares.
No es preciso contar con un operador por radar. Thales suministra centros de control desde donde se supervisa el funcionamiento de los distintos radares a distancia y se recogen y analizan sus datos. Según las necesidades, puede tratarse de un solo centro de control o de una red de centros regionales, en cuyo caso un centro de control principal reúne los datos de los demás centros.
En función de la demanda del cliente, Thales puede entregar el Coast Watcher 100 como parte de una solución llave en mano que incluirá el radar, la torre de control, el suministro eléctrico, la red de comunicación y la obra civil correspondiente. Si cabe, también se puede adaptar el radar para incorporarlo a un sistema existente y, en un mundo en el que los sistemas automáticos son cada vez más críticos, alimentar sistemas de vigilancia automatizados.
Al desarrollar el Coast Watcher 100, Thales pone al servicio de sus clientes mucho más que un radar: una solución y todo el soporte necesario para que cada país costero esté en condiciones de vigilar en cada momento el litoral nacional.