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La computación cuántica supondrá toda una revolución tecnológica en el área de la seguridad y la defensa

La tecnología avanza a tal velocidad que pareciera que vivimos en una constante revolución digital. Sin embargo, lo conseguido hasta ahora forma parte de la evolución de la computación binaria. Es a partir de este momento, con la introducción de la cuántica, cuando podemos referirnos a una auténtica nueva revolución tecnológica.

Empecemos por tener claro en qué se diferencian ambas computaciones. Mientras los ordenadores tradicionales hacen uso del sistema binario, lo que significa que están formadas por bits digitales que pueden tener un valor de 1 o 0; los cuánticos lo están por bits cuánticos o qubits, que pueden existir en múltiples estados a la vez. Es decir, un qubit puede representar el valor 1, 0 o 1 y 0 simultáneamente, lo que multiplica de tal manera las posibilidades de respuesta, que el tiempo necesario para procesar una tarea se acelera exponencialmente. De este modo, los ordenadores cuánticos serán capaces de resolver problemas de optimización y simulación de procesos que los convencionales tardarían miles de años en conseguir. ¡Impresionante!

De entre todas las posibilidades que ofrecerá esta nueva tecnología, destaca la relacionada con los sensores cuánticos, que aumentan y expanden los sentidos humanos. Es fácil imaginar lo mucho que puede suponer esto para asuntos relacionados con la defensa y la seguridad. En este sentido, Thales ya está trabajando en algunos proyectos relacionados con la computación cuántica.

Uno de los más avanzados y destacables es el desarrollo de antenas cuánticas en miniatura (caben en la palma de la mano). Su más destacable característica es que serán capaces de detectar señales de comunicación en gran parte del espectro de radiofrecuencia, por lo que ofrecen una importante ventaja militar en lo que se refiere a bajas frecuencias. Estos Dispositivos Superconductores de Interferencia Cuántica (SQUID), tienen la capacidad de cumplir la misma tarea que una antena de varios metros de altura. Pero además podrán tener aplicaciones en otras áreas, como las imágenes cerebrales y la detección de partículas.

 

Pero la computación cuántica no se para ahí. De hecho, Thales cuenta con otros proyectos, como el de sensores cuánticos de estado sólido, que han demostrado su capacidad para medir campos magnéticos extremadamente sutiles. O la tecnología de átomos fríos, con los que la empresa está trabajando de cara a futuros sistemas de navegación inercial cuántica para aeronaves. El futuro nos espera…