Cómo recuperar la confianza de los pasajeros en el transporte aéreo
La crisis sanitaria del Covid-19 es la mayor alteración en la historia de la aviación.
El virus contagió a más de 7 millones de personas en todo el mundo, causando alrededor de 400.000 muertes, y llevó al transporte aéreo a la paralización cuando los gobiernos establecieron la cuarentena, que afectó a miles de millones de personas.
El impacto en la industria ha sido tremendo. Según OAG Schedule Analyser, en abril y mayo, la demanda de los pasajeros se desplomó, respectivamente, sobre el 65% y aproximadamente el 70%, en comparación con el año anterior.
A medida que los países empiezan a relajar sus confinamientos y a reabrir sus fronteras, el principal reto para la industria aérea es convencer a los viajeros de que volar es seguro.
Algo es cierto: volar será algo muy diferente.
La nueva normalidad en el transporte aéreo
Al igual que la seguridad del aeropuerto cambió después del 11-S, los pasajeros aéreos afrontarán una oleada similar de nuevos procedimientos para ayudarles a mantenerse sanos y seguros durante su viaje.
La consultoría de marketing de aviación, Simpliflying, dijo que volar será una experiencia desinfectada y que muchos de los cambios que se implementarán, se convertirán en la norma.
Varias tecnologías nuevas ya se están probando alrededor del mundo para ofrecer una experiencia sin contacto, proporciona un control de la salud y vigila el movimiento para asegurar la distancia social en aeropuertos saturados.
Abu Dhabi está probando quioscos de registro sin contacto que pueden escanear a los viajeros para saber unos datos mínimos sobre su salud y seleccionarlos para un mayor examen en caso de que parezcan mostrar síntomas del virus.
Es posible que los pasajeros tengan que pasar por escáneres térmicos e incluso túneles de desinfección, como los que se prueban en el aeropuerto de Hong Kong.
El distanciamiento social en las áreas de facturación y embarque será esencial, junto con los controles para garantizar que los pasajeros lleven mascarillas, que son de uso obligatorio a bordo del avión.
Estamos viendo como poco a poco hay cada vez más escáneres térmicos en todo el aeropuerto, mientras que los mostradores se eliminarán para proteger al personal.
Simpliflying estima que más de 70 áreas diferentes en el viaje del pasajero cambiarán o se introducirán desde cero para restaurar la confianza en el vuelo después de la Covid-19.
Todas estas medidas requerirán una revisión significativa de los procedimientos aeroportuarios actuales, creando desafíos de planificación que pueden llegar a ser desalentadores para los operadores aeroportuarios.
La recuperación de la actividad y el retorno al crecimiento económico solo serán posibles si los aeropuertos encuentran el equilibrio perfecto, mientras se implementan las nuevas reglas de salud y distanciamiento social, que inevitablemente reducirán la
capacidad del aeropuerto.
Una amplia experiencia
Gracias a su larga experiencia en la industria de la movilidad aérea y en la seguridad de aeropuertos como París-Charles de Gaulle en Francia, JFK en Nueva York y Dubai en los Emiratos Árabes Unidos, Thales sabe que estos nuevos procedimientos deberán estar respaldados por soluciones tecnológicas de primer nivel.
La suite Thales AiRISE ofrece un enfoque modular que puede implementarse como un sistema global integrado o soluciones independientes para optimizar los flujos de pasajeros, así como garantizar controles de salud y seguridad.
A través de sus capacidades biométricas de última generación, Fly to Gate de Thales permite una operación de pasajeros completamente sin contacto desde el check-in hasta el embarque, reduciendo el tiempo de espera que los pasajeros tienen que realizar en cada paso del proceso de viaje.
Thales InFlow permite procedimientos de distanciamiento social en ciertas áreas del aeropuerto al permitir solo el acceso a los pasajeros de acuerdo con su hora de salida. Por ejemplo, el lector de tarjetas de embarque no dará permiso para ingresar a la cola para el punto de control de seguridad si el vuelo tiene una luz roja.
Para garantizar un distanciamiento social adecuado, los pasajeros reciben pequeñas etiquetas desinfectables después de la detección térmica. Los dispositivos interactúan con todas las otras etiquetas en el aeropuerto, tanto en los pasajeros como en el personal, emitiendo un pitido cada vez que dos etiquetas interactúan durante más de 30 segundos a una distancia de un metro o menos. Se notifica al pasajero que está demasiado cerca de otra persona y se le recuerda la necesidad de mantener una distancia.
Los controles de temperatura, introducidos por primera vez durante el brote de SARS en 2003, es una de las contramedidas más inmediatas y duraderas contra Covid-19.
Las cámaras integradas en SafeLand, la solución de gestión de seguridad de Thales, generan alarmas si se descubre que los pasajeros o el personal tienen una temperatura superior al umbral.
El sistema permite la investigación rápida de casos positivos y sospechosos a través de cuestionarios de salud, con aplicaciones móviles que pueden actuar como un elemento disuasorio para que las personas viajen si no están seguras sobre su salud o sus contactos recientes.