¿Quiere saber más sobre una alternativa a las tarjetas de crédito de PVC?
Entonces está en el lugar correcto.
En esta página de preguntas y respuestas, descubrirá respuestas y datos clave sobre el PVC y las tarjetas bancarias.
- ¿De qué tipo de plástico están hechas las tarjetas de crédito?
- ¿Cuánto plástico utiliza la industria de las tarjetas?
- ¿Cuál es el problema del PVC?
- ¿Cuál es la solución para reducir el PVC?
También presentaremos un sustituto de las tarjetas de PVC, en línea con las muchas tendencias ecológicas que están dando forma al sector bancario en 2020.
Esta alternativa al PVC ha ayudado a los bancos a reducir el PVC en sus tarjetas en un 80% y ha respaldado sus iniciativas ecológicas.
Vayamos al grano.
¿De qué tipo de plástico están hechas las tarjetas de crédito?
No hay nada más familiar que la expresión “pagar con plástico”, ¿verdad?
La palabra "plástico" generalmente se refiere a tarjetas de crédito y débito en lugar de usar efectivo (billetes y monedas) o un cheque bancario.
Y por una buena razón: las tarjetas están hechas de plástico.
Más precisamente, el plástico del que están compuestas las tarjetas de crédito es acetato de cloruro de polivinilo, más comúnmente conocido como PVCA o PVC.
¿Cuánto plástico utiliza la industria de fabricación de tarjetas?
La fabricación de tarjetas bancarias utiliza mucho PVC.
Piénselo.
Anualmente, son 30,000 toneladas o 5,000 elefantes adultos o 150 Boeing 747.
¿Cuál es el problema del PVC?
Usted se preguntará, ¿qué es exactamente el PVC ?
El PVC es una composición de polímeros de acetato de vinilo y cloruro de vinilo. El 40% de las moléculas de PVC provienen del petróleo; el resto es cloro.
Este material es denso y resistente al agua. Cuando el acetato de cloruro de polivinilo se combina con aditivos (ftalatos) que aumentan la plasticidad, produce un material flexible que es bastante duradero.
Es ideal para el envasado de alimentos, revestimientos de suelos, juguetes para niños, productos farmacéuticos, bolsas y tuberías, y productos de cuidado personal, como champús, perfumes, jabones, esmaltes de uñas, lacas para el cabello y... tarjetas de crédito y tarjetas bancarias en particular.
Pero aquí está el problema: el PVC está lejos de ser ecológico.
Su primer inconveniente es su origen: combustible fósil no renovable y un alto nivel de cloro. Pero su impacto medioambiental negativo no se detiene ahí.
El PVC es apreciado por su extraordinaria durabilidad.
Esto no es un problema cuando se mantiene en la forma de una tarjeta de pago. Sin embargo, se convierte en una pesadilla cuando la tarjeta llega a su fecha de caducidad.
El PVC, al igual que otros plásticos conocidos a base de petróleo, no es biodegradable. En lugar de descomponerse, simplemente se acumula en el medio ambiente.
¿Y si lo reciclamos?
El reciclaje del PVC es todo un desafío debido a su gran variedad de aditivos, pigmentos y al bajo valor económico de sus resultados. La incineración es la forma común de eliminar el PVC de forma permanente. Sin embargo, crea contaminación tóxica en forma de dioxinas y compuestos que contienen cloro cuando se incinera.
¿Cuál es la solución para reducir el PVC?
La industria de las tarjetas bancarias está aprovechando nuevas tecnologías y materiales alternativos al PVC, incluido el uso de materias primas renovables que también pueden reducir el consumo de recursos naturales en su producción.
Uno de estos materiales alternativos es un plástico de base biológica conocido como ácido poliláctico (PLA).
Thales está apoyando a los bancos en la adopción de medidas para la sustentabilidad y las prácticas ecológicas.
En particular, Thales ha desarrollado tarjetas ecológicas de origen biológico utilizando PLA producido a partir de maíz no alimentario.
En la actualidad, algunos de los clientes de Thales ya ofrecen una alternativa más sostenible a las tarjetas de crédito y débito de PVC tradicionales.
La contribución de Thales cubre todos los aspectos de la vida de una tarjeta bancaria, desde materiales de origen biológico hasta embalajes ecológicos.
Después de todo, las tarjetas son muy visibles para el consumidor.
Para un emisor de tarjetas, una forma de aumentar el valor de su marca y su oferta a los ojos de sus clientes conscientes del medio ambiente es reducir visiblemente su impacto en el medio ambiente.
Ahora es su turno de decir "¡Sal a la carretera, PVC!"
¿Todas las tarjetas de crédito son de plástico? La respuesta ya no es "sí".
Muchos bancos ya han realizado este cambio esencial para abordar las preocupaciones de los clientes.
¿Será usted el próximo?
La colaboración con nuestros clientes se encuentra en el corazón de nuestro proceso, y estaremos encantados de compartir con usted algunas de nuestras mejores prácticas con soluciones ecológicas.
Si tiene una pregunta sobre el PLA o simplemente disfrutó leyendo nuestra infografía, deje un comentario en el cuadro a continuación.
Esperamos escuchar de usted.
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